Una marca no es sólo un bonito logotipo y un nombre pegadizo. Una marca es el reconocimiento, la reputación y, literalmente, una secta de clientes. Detrás de una marca hay un enorme trabajo de un equipo de profesionales.
Crean una estrategia de desarrollo, construyen la comunicación y crean asociaciones de marca claras en las personas. Los clientes siempre saben exactamente qué esperar de la marca y ésta nunca deja de cumplir sus expectativas.
Una marca es como un viejo conocido en el que siempre puedes confiar. Por eso la gente elige una marca a su gusto y se queda con ella durante mucho tiempo, si no para siempre. Esto se aplica a la ropa, los productos, los equipos domésticos e informáticos y los servicios. Desde el constructor que hizo tus reformas hasta el dentista. Si tiene un buen dentista, sólo reservará citas con él y si decide ir a otro, sólo será de la misma clínica.
Por eso necesita una marca, para que le reconozcan y todos los demás le ignoren a nivel subconsciente.